Hoy, no puedo pasar desapercibido el fallecimiento de un artista de la talla de Juan Gabriel, un cantante que sin lugar a duda representó de alguna manera nuestra raza, nuestras raíces.
Esta noticia me conmovió demasiado, y por esta razón quiero hacer un corto homenaje a este personaje.
Juan Gabriel no era el género de mi preferencia, pero crecí escuchando a este personaje, ya que era uno de los favoritos de mi madre, cautivo a mi padre y poco a poco a mi hermana y a mí, hasta que se convirtió en un cantante a escuchar, mientras nos tomábamos unos tequilitas acompañados de sus rancheras, de amor, de desamor, letras realmente desgarradoras y otras inocentes y graciosas, entre mis favoritas, hasta que te conocí, la farsante y se me olvido otra vez.
El representaba con sus canciones y sus letras el dolor de haber perdido a una madre, con amor eterno u otras canciones a las que transmitía un real sentimiento, la música de este gran cantautor se convirtió de alguna manera en el mejor tratamiento terapéutico que una persona podía recibir, sin necesitar un psicólogo.
Nunca tuve el placer de verlo en concierto, ni una sola vez, pero muchas personas disfrutaron de su último concierto el pasado viernes, sin saber que esta sería la última vez, pero sin lugar a dudas se llevaran un gran recuerdo, uno de los mejores recuerdos del cantante. Algunas de estas personas que asistieron a este concierto quedaron completamente impresionados con la capacidad de Juan Gabriel de ganarse al público, con sus interpretaciones, sus canciones desde las más viejas hasta las más recientes; me cuentas que aplaudían sin parar, a lo cual el agradecía todo este cariño que le profesaban.