Reasignación masiva del FBI a tareas migratorias: más vigilancia, menos investigación criminal

Reasignación masiva del FBI a tareas migratorias más vigilancia, menos investigación criminal

Una investigación reveló que casi el 45 % de los agentes del FBI en las 25 oficinas más grandes del país fueron reasignados para apoyar operaciones migratorias bajo coordinación del ICE. El cambio responde a una orden ejecutiva del Departamento de Justicia que busca “reforzar la seguridad nacional frente al flujo irregular de personas”. Sin embargo, analistas y exfuncionarios del propio FBI advierten que la medida puede tener consecuencias profundas tanto para la aplicación de la ley como para los derechos civiles.

El programa, que comenzó en agosto, implica que miles de agentes especializados en delitos financieros, cibernéticos o de terrorismo pasen temporalmente a tareas de análisis, inteligencia y apoyo logístico a operaciones migratorias. En la práctica, esto ha ampliado la capacidad de vigilancia digital y rastreo de información personal de personas sospechosas de estar en situación irregular, mediante cruces de datos, monitoreo de redes sociales y colaboración con autoridades locales.

El gobierno ha defendido la medida alegando que busca “interrumpir redes criminales que explotan a migrantes”, pero defensores de derechos humanos sostienen que se está utilizando la estructura antiterrorista del FBI para fines migratorios, un cambio de propósito que podría normalizar la vigilancia masiva de comunidades enteras.

Así te afecta como inmigrante

El principal efecto será un aumento en la visibilidad y el riesgo de detención, incluso en zonas donde antes no había presencia activa de ICE. Los inmigrantes indocumentados podrían ser identificados por cruces de información, bases de datos laborales o monitoreo de comunicaciones, sin necesidad de contacto directo con agentes. Esto genera un clima de temor y autolimitación en comunidades que dependen de la confianza para acceder a servicios básicos o denunciar abusos.

También preocupa la reducción de recursos del FBI en otros frentes. Al destinar casi la mitad de su personal operativo a funciones migratorias, se debilita la investigación de delitos complejos, algo que algunos sectores políticos podrían usar para justificar más militarización o centralización de recursos en control fronterizo.
En suma, esta reasignación marca un cambio estructural en la estrategia de seguridad interna y amplía la frontera migratoria más allá del territorio físico, llevándola al ámbito digital y urbano.

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