ICE busca detener a inmigrantes que salen voluntariamente del país
En las últimas semanas, la estrategia migratoria de Estados Unidos ha cambiado de forma abrupta y preocupante. Según reportes, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (ICE) está realizando detenciones de inmigrantes indocumentados que intentan salir de manera voluntaria del país, lo que anteriormente no incluía arrestos.
El objetivo, acorde a la información divulgada en medios de comunicación, sería sumar estas salidas voluntarias a las estadísticas de deportación reportadas oficialmente por el gobierno, incluso cuando la persona ya había decidido marcharse por su propia cuenta.
La agencia ha intensificado su presencia en cruces fronterizos y puntos de salida del país, donde muchos inmigrantes se presentan para efectuar su salida voluntaria. En algunos casos, estas personas están siendo trasladadas a centros de detención para que su caso se registre como una deportación formal y sume a las cifras que registra el gobierno.
Vale la pena recordar que hace un par de meses la administración Trump empezó a ofrecer un incentivo de $1,000 dólares, así como asistencia de viaje, a quienes decidieran autodeportarse a través de la aplicación CBP Home. Sin embargo, ante este cambio, no es clara la manera en la que seguiría aplicando el beneficio.
Cifras de auto deportaciones no son aún claras
Aunque el gobierno declaró esta semana que cerca de 2 millones de personas han optado por la auto deportación, resulta complejo verificar este número, ya que en agosto de este año la misma Casa Blanca desconocía la cifra exacta de cuántos inmigrantes se estaban acogiendo a esta figura, pese a su política de incentivarla y ofrecer incentivos económicos para que miles de extranjeros abandonaran el país.
Precisamente, fue en una rueda de prensa cuando la secretaria Karoline Leavitt afirmó: “Creo que son miles los que han elegido el camino de la auto deportación y alentamos a todos los extranjeros ilegales a optar por eso”.
Sin embargo, cuando Leavitt fue cuestionada sobre cifras concretas, evitó dar números y admitió que no existía un seguimiento claro, dejando en evidencia que la Casa Blanca promueve la auto deportación como política, mientras admite que ni siquiera sabe cuántas personas la están utilizando.
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